Este encuentro está diseñado para niños que están realizando su catequesis de Confirmación. Con motivo de la fiesta de la Pascua, se presenta este recurso de catequesis en donde los alumnos deben descubrir quién es el testigo de la resurrección que aparece, pero de forma muy oculta.

Tema: La fuerza que viene de Jesús resucitado

Objetivos: 

  • Contemplar el evangelio de Pascua, mostrando la alegría que provoca la resurrección de Jesús y las ganas de anunciar este suceso que cambia nuestra vida.
  • Comenzar a observar en donde se hace presente el Espíritu Santo en esta lectura, ya que será el eje central de sexto grado.

Actividades

Inicio: En el encuentro de hoy se va a empezar a percibir un testigo de Jesús ¿Cómo? ¿Qué es eso?

¿Vieron cuando en las películas alguien va a un juicio y el juez no le cree al protagonista y entonces llaman a alguien que sea “testigo” que cuente desde su mirada la versión de los hechos? Alguien que pueda dar fe de lo que dice el acusado en la película.

A partir de la Pascua de Jesús, va a empezar a aparecer un testigo ¡Vamos a ver si lo reconocemos!

Desarrollo: Leemos uno de los relatos de la resurrección de Jesús:

Evangelio según San Mateo

Pasado el sábado, al amanecer del primer día de la semana, María Magdalena y la otra María fueron a visitar el sepulcro. De pronto, se produjo un gran temblor de tierra: el Ángel del Señor bajó del cielo, hizo rodar la piedra del sepulcro y se sentó sobre ella. Su aspecto era como el de un relámpago y sus vestiduras eran blancas como la nieve. Al verlo, los guardias temblaron de espanto y quedaron como muertos. El Ángel dijo a las mujeres: «No teman, yo sé que ustedes buscan a Jesús, el Crucificado. No está aquí, porque ha resucitado como lo había dicho. Vengan a ver el lugar donde estaba, y vayan en seguida a decir a sus discípulos: «Ha resucitado de entre los muertos, e irá antes que ustedes a Galilea: allí lo verán». Esto es lo que tenía que decirles». Las mujeres, atemorizadas pero llenas de alegría, se alejaron rápidamente del sepulcro y fueron a dar la noticia a los discípulos.

De pronto, Jesús salió a su encuentro y las saludó, diciendo: «Alégrense». Ellas se acercaron y, abrazándole los pies, se postraron delante de él. Y Jesús les dijo: «No teman; avisen a mis hermanos que vayan a Galilea, y allí me verán».

Palabra de Dios.

Vamos a intentar descubrir juntos al testigo que hoy está bastante oculto.

¿Quién te parece que es el testigo de la resurrección de Jesús?

Ponemos en común la respuesta.

Si no se descubre, volveremos a leer el versículo 8.

“Las mujeres, atemorizadas pero llenas de alegría, se alejaron rápidamente del sepulcro y fueron a dar la noticia a los discípulos.”

Atemorizadas, pero con alegría. Se alejaron rápido. Corrieron en pleno amanecer a contar a los discípulos. Hay alguien que está soplando con su fuerza aquí (es la fuerza del Espíritu Santo que nos da su fortaleza para que más allá del miedo anunciemos la buena noticia, o sea que el testigo oculto, que está presente pero no se ve, es el Espíritu Santo).

La alegría que da Jesús resucitado no se puede comparar con nada, porque él está vivo para siempre y nos devuelve el cielo que habíamos perdido, o sea que, al dejar la tierra, gracias a Jesús, podremos gozar de una vida y alegría eterna.

¿Qué cosas te provocan alegría en este momento? Vamos a compartirlas en la carpeta (o en algún dibujo de Jesús resucitado, donde se vea al Espíritu Santo cerca)

Compromiso: A Jesús le gusta que le hablemos, que compartamos nuestras cosas con él. Por eso lo que escribiste en la carpeta, lo que a veces te hace correr de alegría vamos a hacerlo oración de agradecimiento. Podemos rezar un Padrenuestro dando gracias, o crear una oración entre todos.

Observación: Este encuentro hizo disfrutar muchos a los chicos, ya que se entusiasmaron al intentar acertar sobre el testigo oculto, decían que era las mujeres, el ángel, los discípulos, sólo unos pocos dijeron que era el Espíritu Santo y cuando les preguntamos cómo se daban cuenta, sólo un nene nos dijo que se notaba en la alegría de las mujeres que corrían.

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