Encuentro de catequesis para alumnos entre 11 y 13 años, en torno a la figura de San Pedro y el relato a orillas del mar de Tiberíades.

Objetivos

  • Relatar el encuentro de Jesús con sus discípulos a orillas del mar de Tiberíades, poniendo énfasis en el diálogo con Pedro.
  • Descubrir la relación que guardan las tres preguntas de Jesús, basadas en el amor, frente a las tres negaciones de Pedro.
  • Entrelazar la vida de Pedro, sus fortalezas y debilidades, con la nuestra.
  • Valorar y agradecer a Jesús que nos llama y nos confía una misión más allá de nuestras debilidades.

Actividades

Inicio: Para comenzar nuestro encuentro nos vamos a poner en ronda. Luego se preguntará a nuestros alumnos:

  • ¿Alguna vez hiciste algo de lo que te arrepentiste? (No hace falta decir qué, ya que a nadie le gusta exponer sus miserias).
  • ¿Eso que no te gustó hacer, pero que hiciste, te definió como persona o pudiste ver que fue un error que cometiste?
  • ¿Te acordás qué fue lo qué hizo el apóstol Pedro de lo cual se arrepintió? (Si no recuerdan el momento de las negaciones lo pueden leer en Jn 18, 15-18. 25-27)

Las negaciones de Pedro no definieron su persona, ni su amistad con Jesús. Jesús sabía quién era Pedro, y para qué lo que había elegido; Pedro estaría al frente de la Iglesia, de las primeras comunidades, luego de la ascensión de Jesús al cielo.

Iluminación: Habiendo resucitado Jesús, se produce este encuentro a orillas del mar de Tiberíades. Lo podemos leer en Jn 21, 15-17:

Evangelio según San Juan

15 Después de comer, Jesús dijo a Simón Pedro: «Simón, hijo de Juan, ¿me amas más que estos?». Él le respondió: «Sí, Señor, tú sabes que te quiero». Jesús le dijo: «Apacienta mis corderos». 16 Le volvió a decir por segunda vez: «Simón, hijo de Juan, ¿me amas?». Él le respondió: «Sí, Señor, sabes que te quiero». Jesús le dijo: «Apacienta mis ovejas». 17 Le preguntó por tercera vez: «Simón, hijo de Juan, ¿me quieres?». Pedro se entristeció de que por tercera vez le preguntara si lo quería, y le dijo: «Señor, tú lo sabes todo; sabes que te quiero». Jesús le dijo: «Apacienta mis ovejas.

Palabra de Dios.

Repasemos juntos lo que leímos:

¿ A quién le habla Jesús?

¿Cuántas veces le pregunta si lo ama?

¿Cuántas veces lo había negado Pedro?

¿Qué encargo le hace después de cada respuesta de Pedro?

Pedro, significa “piedra”, Simón en arameo, significa “caña quebradiza”. Jesús en este pasaje del evangelio, le habla a esa debilidad de Pedro, lo llama “Simón”, cuando anteriormente le había dicho que lo iba a llamar “Pedro”.

Jesús quiere sanar a Pedro, quiere abrazar su debilidad, quiere restaurar lo que se rompió en él.

¿Cómo se habrá sentido Pedro, sabiendo que había negado a Jesús, y que éste ahora le preguntaba una y otra vez si lo amaba?

Jesús se lo pregunta tres veces, sanando sus tres negaciones, y lo pone al frente de sus ovejas. El Buen Pastor vuelve a elegirlo, porque no mira su debilidad, sino todo lo que Pedro es capaz de hacer en nombre de Dios.

¿Y nosotros?

Jesús también quiere sanarnos, quiere abrazar nuestra debilidad, quiere borrar lo que nos aleja de él, y quiere confirmarnos en nuestra misión.

Por eso ahora, invitamos a los alumnos a que tomen de una canasta un dibujo de una caña y un dibujo de una piedra y escriban en ellos, aquellas cosas que creen que deberían cambiar para cumplir con lo que Dios nos pide y en la piedra anoten las cosas buenas que descubren en ellos, y por lo menos una cosa buena de un compañero o compañera del curso.

(Una segunda opción es ir atando en una red papelitos que tengan escritos fortalezas propias y de los compañeros)

Mientras se realiza esta dinámica se pondrá de fondo la canción: “Todo en mi cobra sentido por tu amor”

Aquí están mis manos que tan solo saben
el trabajo humilde que un día miraste,
y yo me preguntaba, Qué buscás, Quién eres,
¡Si mis días transcurren entre mar y redes!

Aún no sabías que estás justamente,
creando y cuidando la red de tu gente,
y mi amor por tejer las redes nudo a nudo
aunque parece poco para Vos es mucho.

Porque miras en mí lo más hondo que soy,
y haces tuyo este don que yo soy,
y confías en mí más que yo mismo.
Todo en mí cobra sentido por tu Amor.

Soy apasionado, quizás impulsivo
sin embargo Cristo, contaste conmigo.
Lo mejor y lo no tan bueno que yo tengo
lo aceptás mucho más de lo que yo lo acepto.

Creí ser mas fuerte, mas de lo que era,
y que había de serlo aquel que eligieras.
¡Pero optaste por hombres tan de carne y hueso!
Tu confiar es la lógica nueva del Reino.

Aquí está tu red y amamos tu barca
y el mar de la historia, Señor nos aguarda,
y si bien sigo siendo el pescador de siempre,
ahora es en Tu nombre que echaré las redes.

Lo tuyo es confianza desproporcionada,
es tu red divina y a la vez humana,
solo con nuestras manos las anudas y arreglas 
porque asumes lo nuestro y tu amor lo eleva.

Cierre: Damos gracias a Dios por llamarnos, por mirar en nosotros todo lo bueno, lo bello que él puso y por habernos dejado un amigo como Pedro en el cual nos podemos encontrar. Lo hacemos rezando el Padrenuestro.

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