Adoración al Santísimo, para que los docentes se acerquen junto a sus alumnos y puedan guíar este momento.

Consejos que pueden ayudar a la hora de visitar a Jesús

  • El encuentro es de Jesús con todos, no sólo con los alumnos, por eso querida seño, querido profe, acércate con el corazón dispuesto para recibir la paz y el amor que Jesús quiere brindarte.
  • Que los niños crucen con su Nuevo Testamento o Biblia para que todos puedan leer y prestar mayor atención a lo que dice Jesús en su Palabra.
  • Siéntense frente al Sagrario pero no amontonados (se pueden agregar sillas y bancos atrás), y que los que son más propensos a hablar que estén en el primer banco con distancia de los compañeros con los que hablan para que puedan estar más atentos a este hermoso momento.
  • Preparar algunos cancioneros de la parroquia o los nuestros.

Saludo inicial:

Queridos niños: Jesús, en la última Cena no sólo manifestó que quería estar siempre con nosotros sino que, a través del pan y del vino, convertidos en su Cuerpo y su Sangre por el poder del Espíritu Santo, ese deseo se hizo realidad. Jesús está con nosotros y quiere que lo recibamos con mucha frecuencia  para que seamos uno con él y con los demás. ¡Gracias, Jesús!

Para prepararnos para este momento nos vamos a poner en su presencia…En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Vamos a escuchar la palabra de Dios

EVANGELIO SEGÚN SAN JUAN

 Juan 6, 51-58.

En aquel tiempo, Jesús dijo a los judíos: Yo soy el Pan Vivo que ha bajado del cielo; el que coma de este Pan vivirá para siempre. Y el pan que yo les voy a dar es mi carne para que el mundo tenga vida” Entonces los judíos se pusieron a discutir entre sí: “¿Cómo puede este darnos a comer su carne?” Jesús les dijo: “Yo les aseguro: Si no comen la carne del Hijo del hombre y no beben su sangre, no podrán tener vida en ustedes. El que come mi carne y bebe mi sangre, tiene vida eterna y yo lo resucitaré el último día. Mi carne es comida verdadera, y mi sangre es bebida verdadera. El que come mi carne y bebe mi sangre permanece en mí y yo en él. Como el Padre, que vive, me envió, y yo vivo por él, así, quien me come a mí tendrá de mí la vida. Este es el pan que ha bajado del cielo, no como el pan que comieron sus antepasados, los cuales murieron. El que coma este pan vivirá para siempre”.

 Palabra de Dios.

Reflexionamos juntos:

  • ¿Quién dice Jesús que permanece en él? (El que come su Carne y bebe su Sangre. Podemos volver a leerlo del evangelio)
  • ¿Cuáles son los pasos para poder comer su Cuerpo? ¿Cómo debe estar nuestro corazón? ¿Nuestras relaciones? ¿Nuestras palabras y pensamientos? ¿Nuestras acciones?
  • Jesús me invita a comer su pan, y a permanecer en él. En unos minutitos de silencio vamos a pensar ¿Cómo está mi relación con Jesús? ¿Hace mucho que no le hablo o visito? ¿Soy consciente que permanece en mí?

Comer y beber a Jesús es hacerse uno con él. Comida y bebida de salvación es ese pan, cuerpo de Jesús y ese vino, sangre de Jesús. Es el misterio del amor más grande, lo que escandalizó a muchos judíos que seguían a Jesús para oírlo, pero que no abrieron el corazón al contenido de su mensaje. Jesús ha venido para que tengamos vida y una vida plena, por eso, se hace alimento y al mismo tiempo, ideal y fin de nuestra vida, guía y maestro, amigo y hermano, fuerza y unidad con los demás, lo es todo para quien lo acepta de verdad.

Si pensamos que recibir a Jesús en la eucaristía se refiere solo al momento de la comunión no hemos entendido las palabras de Jesús. Él desea transformarnos del todo, día a día, momento a momento. Vivir para siempre es pertenecerle a Jesús. Muchos pueden pensar que es difícil pero no lo es: si amamos de verdad, buscamos hacer el bien, tratamos de llevar nuestra alegría a otros y nos alejamos de lo malo, ya estamos haciendo vida la comunión con Jesús. Un niño misionero de la IAM, por ejemplo, que ha sentido la invitación de Jesús a colaborar con él, vive la comunión con Jesús y con los demás. Sabemos que somos débiles y que nos podemos desanimar pero que Jesús está siempre ahí para darnos fortaleza. La comunión con Jesús nos une a toda la Iglesia y nos hermana con los más pobres y necesitados, como se hermanó Jesús con los pobres de su tiempo. Comulgando a Jesús: “Miramos a todos los hombres con ojos de hermano”.

CANTAMOS O ESCUCHAMOS “MILAGRO DE AMOR” (La canción se pasará descargada a todos los grupos para que puedan escucharla).

Gesto: Vamos a mirar el Sagrario, podemos ayudarnos mirando la imagen de Jesús que está arriba y vamos a pedirle por nuestras intenciones, hablándole directamente, diciendo…

Jesús, que estás acá presente te pido (o agradezco) por…

Rezamos juntos el Padrenuestro y un Avemaría.

Le pedimos a Dios que nos bendiga en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

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